Amor se escribe con erotismo

Despertarme con tu imagen, sonriente, caliente, es un despertar que adoro y poco raro. Hay veces en que, aun sabiendo perfectamente que no estás a mi lado, te veo con claridad y cierro los ojos serena y con un sentimiento de plenitud que me embriaga. Te huelo sin que esté tu perfume entre mis sábanas. Otras las rocío con él.

Recuerdo perfectamente el día en que, muy al inicio de nuestros primeros encuentros, me llenaste la almohada de mi antiguo cuarto con tu perfume mientras reías comentando la estela que me dejabas para el recibimiento de mis amantes. Fingí una protesta mientras te sonreía, divertida por tu ocurrencia y feliz de saber que te olería al caer la noche y no encontrarte en ella.

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